Con una creciente reputación como destino cultural, especialmente por sus festivales de música y cine, la ciudad de Morelia ha demostrado tener la capacidad de acoger eventos de clase mundial con el apoyo de la comunidad y sus autoridades. En esta ocasión el centro de la celebración será la comida mexicana tradicional, la cual es considerada por la UNESCO, patrimonio inmaterial de la humanidad desde 2010, gracias al paradigma michoacano.

Reconocidos chefs y bodegas nacionales se han unido para en conjunto ofrecer un fin de semana lleno de experiencias sensoriales a través de eventos especiales como catas, cenas maridaje, clases maestras y un mercado gourmet con productores locales, muchos de ellos relacionados con el movimiento eco gastronómico Slow Food y que serán apoyados por el Festival.

ACERCA DEL CONEJO EN EL LOGO

Enlazado con la rica cultura de Michoacán, el logo del festival Morelia en Boca hace referencia al antiguo pueblo de San Juan Parangaricutiro o San Juan de las colchas. Desaparecido luego de la erupción del volcán Paricutín, en 1943, fue reubicado en la hacienda de Los Conejos, con el nombre de San Juan Nuevo, también conocido como Los Conejos. En este poblado además se hacían panes con la figura de estos animales, así como infinidad de artesanías y objetos decorativos referentes a este tema.

La iconografía de igual modo se remite a la antigua leyenda purhépecha, que cuenta la historia de un conejo que luego de realizar diversos hurtos en la milpa de un campesino, es atrapado por éste y dispuesto para un banquete familiar. A partir de su ingenio, consiguió engañar a un coyote para que lo liberara. Perseguido por este animal, siempre lograba escapar de él con diversos artilugios.

Finalmente su madre, la luna, le concedió llegada la noche el don de zigzaguear y brincar para evadir al enojado, hambriento y desesperado coyote. Cuando parecía que el conejo sería atrapado, la luna hizo bajar una escalera de plata que habían tejido las arañas. El conejo brincó y subió en ella, llegando hasta la luna, donde se quedó para siempre, dibujado en la faz lunar, mientras el coyote se quedó aullando su dolor, su hambre, su miedo y su desesperanza.

www.moreliaenboca.com

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