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Maricú Ortiz Llaguno nació el 8 de noviembre de 1956 en la Ciudad de Monterrey, Nuevo León, México. Su madre, también Maricú, inició un negocio familiar de repostería en la década de los setentas abriendo horizontes para la pastelería francesa en Monterrey. Poco después, Rubén, su padre, se une al negocio para desarrollarlo y abrir las puertas de “Marycu – La Baguette” en el norte del país.

Tras terminar sus estudios de preparatoria en 1979, se trasladó a París, Francia, para perfeccionar sus conocimientos en pastelería francesa en la reconocida escuela L´ecole Lentôre. Llega a la Ciudad de México en 1983 para conquistar a la clientela de la capital con su experiencia y su primer pastelería “Martiz” de ahí en adelante su trayectoria ha sido interminable.

Testimonio Maricú Ortiz
Soy una persona muy afortunada por hacer lo que realmente me gusta. Desde niña tuve contacto con la repostería, gracias a mi mamá, que siempre ha sido una excelente cocinera, tanto en lo dulce como en lo salado, y quien actualmente comparte sus conocimientos y experiencia en la escuela de mi hermana Patricia en Monterrey.

Desde entonces tuve inclinación por lo dulce, descubriendo con el tiempo mi deseo no solo por degustar este tipo de productos, sino también por saber su proceso de creación; momento en el que comencé a investigar, a producir, a compartir mi gusto y placer de lo elaborado con los demás. Naciendo así mi vocación y mi pasión: la Cocina Dulce.

Conforme a mis conocimientos ahora llamo “Cocina Dulce” a la repostería por dos razones:

La primera, porque actualmente las técnicas, el equipo, el material, tanto para la cocina dulce como para la salada, se comparten y esto ha abierto las oportunidades para crear. Se trabaja en una cocina equipada de forma similar. Los futuros chefs estudian y se preparan de la misma manera para ambas cocinas. Los nombres para los platillos se mezclan; mousses, terrinas, espumas, tierras etc.

La segunda razón, es porque recientemente publique mi primer libro, que lleva como título “Cocinando Dulce Maricú” en el que compartí algo de mi experiencia y el resultado de tantos años en esta profesión. Una pastelería llena de sabores, colores, texturas, con un buen manejo de las bases y técnicas; usando ingredientes de la más alta calidad y sabores que gustan a todos, pero que a la vez es sencilla y porque no, elegantemente presentada.

En mis inicios como pastelera, tuve la oportunidad de vivir una temporada en París, Francia. Asistí a la mejor y única -en aquel momento- escuela de pastelería “L’Ecole Lenôtre”. Esto me llevó a un mundo de técnica y perfección, los cuales seguí como modelos; despertando un interés por tener siempre la mejor calidad, sabor, presentación e innovación.

También me dejó ver lo enriquecedor que puede ser el mundo de la enseñanza, patrón que más adelante aplicaría al iniciar mi escuela. Desde hace 20 años todo esto lo transmito en el “Centro de Artes Culinarias Maricú”, llevándolas a cabo día con día.

He tenido la oportunidad de tener pastelerías al público, cafeterías, tienda de artículos y materia prima, y lo principal y permanente: la escuela de repostería, la cual considero es la primera y única especializada en “Cocina Dulce”. Actualmente cuento también con dos pastelerías en la Ciudad de México, San Jerónimo y Condesa; la primer escuela en Jardines del Pedregal y la segunda en Av. de las Palmas; y una maravillosa familia.

Como parte de este gusto y ganas de aprender más, además de estar al día, he invitado a grandes personalidades del mundo dulce a impartir cursos de actualización a mi escuela; y ahora puedo presumir de tener como amigos a muchos de los mejores chefs pasteleros; mexicanos, franceses, españoles y americanos.

Trato igualmente de capacitarme tomando cursos en el extranjero cada vez que puedo, estar presente en ferias y exposiciones, tanto nacionales como extranjeras y de estar al día por medio de libros y revistas profesionales.

Otra parte interesante dentro de mis actualizaciones, es la capacitación tanto a empresas como a particulares, ya que te da oportunidad de transmitir tu conocimiento de forma directa a personas que realmente valoran y aprecian tu trabajo, independientemente que agradecen el conocimiento, que después explotan en sus negocios o trabajo.

Para terminar puedo comentarles que en la Cocina Dulce, actualmente lo importante son los sabores, el contraste de colores, los ingredientes puros y naturales, el respeto por las técnicas bien logradas, la combinación de texturas en los interiores -tierno y consistente, crujiente y untuoso, especiado y afrutado, amargo y acido, caliente y frío-, sensaciones que sorprenden a cualquier paladar y que si nos guiamos por estos principios, nuestros resultados serán simplemente sorprendentes.

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