Me he tardado en escribir de un lugar que me encanta, tal vez por que al igual que una flor, quería ver como se desenvolvía en medio de estas aperturas de restaurantes en la CDMX.
Padella se ha colocado entre las aperturas más mencionadas de la ciudad, su estilo ecléctico nos abre la puerta a una construcción antigua de principios del siglo XX que estaba originalmente en París, con un buen diseño del espacio y ambientación, pues recordemos que es una zona donde prevalece aún la arquitectura Art Decó, escondida de manera armoniosa a la sombra de sus arboladas calles.
Esto es posible gracias a Angel Lerdo de Tejada, un visionario que regresando de un viaje por Europa se da cuenta que no existe un restaurante de estofados en México y llama al sommelier Andrés Amor y al chef Diego Isunza para crear el concepto de Padella, nombre que se lleva muy bien con la propuesta de sus platos, muchos de ellos elaborados directo en la sartén o “Padella” nombre con el que se le conoce en Italia.
Teniendo como resultado una cocina con recetas de las abuelas europeas, pero también de la abuela del chef Diego Isunza, ya que el toque de los estofados y braseados provoca una nostalgia y podría comerlo diario.
Esto me recuerda a una frase de Jamie Oliver:
“Todo tiene que ver con los platos que están cerca de tu corazón, los que te hacen sonreír y sentirte contento y seguro”
Así que después de visitar Padella en mas de cuatro ocasiones, siempre encuentro un plato nuevo que me provoca las mismas ganas de regresar a este lugar.
Andrés Amor Sommellier y socio de Padella a resuelto una maravillosa carta de vinos, no extensa y no pequeña lo llamare justa, uno encuentra vinos de diferentes países que se llevan perfecto con los platos, he tenido la suerte de acompañar mis comidas con muy buenos vinos como los de la Familia Torres Alegre, Trapiche, Finca las moras, Louis Roedere, Villa García y me han tocado deliciosos maridajes con Whisky.
En fin mi recomendación es que se dejen tocar el corazón como dice el chef Diego Isunza y prueben sus estofados, los golosos gnocchis con cola de res que te llenan de sabor, o el cremoso y confortable fricassé de pollo y su delicioso pastel de zanahoria.
Tomen en cuenta que los platos se van renovando constantemente porque el chef Diego busca la frescura y sorprender a sus comensales.
Calle General Antonio León 72,
San Miguel Chapultepec I Sección,
11850 Miguel Hidalgo, CDMX