- Con una fusión de estilos nórdico y japonés, el diseño de interiores del Restaurante Migrante logra una atmósfera de confort y elegancia.
- Migrante detiene a los transeúntes con un enorme tótem.
- Mural del artista plástico Marco Zamudio que invita a contemplar la arquitectura del edificio restaurado por el arquitecto Antonio Farré y a descubrir ahí a Migrante a través de su amplio ventanal.
Sigue el camino
Una parvada de grullas de la buena suerte se presentan en una pieza de arte kinético, dan la bienvenida al comensal y lo invitan a seguir el camino junto a ellas. Inmediatamente al entrar a este local de doble altura se perciben las líneas rectas que delimitan cada espacio; el contraste nórdico-industrial que se consigue con la geometría de los metales y los concretos, así como con elementos naturales como maderas, duela de encino mexicano y colores tierra; estancias minimalistas en la decoración donde dos tragaluces que contienen un jardín y una terraza resaltan en el espacio.
El trabajo de la diseñadora de interiores Alejandra Medina Mota, especializada en la creación de restaurantes y creadora de lugares como Margaret, Tierra Criolla y el wine bar del Concours Mondial de Bruxelles, dio como resultado el concepto de Migrante, el cual se desarrolló en conjunto con el chef Fernando Martínez Zavala; juntos lograron el lugar ideal que rinde culto a las latitudes del mundo.
Cocina y corazón
Una de las piezas protagonistas de Migrante es una larga barra mitad madera y mitad acero que une los diversos salones del restaurante. Esta es la cocina abierta que dirige el chef Martínez Zavala y forma parte fundamental el concepto, donde el dinamismo de los cocineros, el fuego, los sabores y los olores se definen en un ballet que culmina en exquisitos platillos.
“La cocina está presente desde todos los puntos de visión del restaurante, es una experiencia para el comensal ver qué están haciendo en ella, es como una pasarela en tiempo real”, comenta Alejandra Medina.
El arte de la calidez
Arte y diseño se fusionan en Migrante para que sus comensales tengan una estancia confortable y cálida, gracias a la iluminación de Carlos Carreño de BCA Taller de Diseño, que ofrece una sensación de tranquilidad y sofisticación.
En el segundo salón de Migrante, en lo alto del muro se encuentra una alegoría al alma del restaurante: un mapa de la tierra cincelado en la pared. “Esta pieza representa el ir y venir de personas, de técnicas de cocina que se aprenden y viajan a otros lugares para ser aprendidas o reinterpretadas. Al igual que los ingredientes que los adoptan otras ciudades y que los hacen parte de su cultura”, comenta Martínez Zavala.
Migrante propone una gastronomía que es el resultado de experimentación con técnicas culinarias de tierras lejanas, novedosos procesos e ingredientes de diversas partes del mundo para encontrar complejidad de sabores, aromas y texturas en platillos disruptivos y novedosos.
La cocina de Migrante refleja el intercambio cultural que vive la gastronomía del mundo a través de los ingredientes y cómo estos aportan nuevas propuestas que se arraigan en diversas y culturas que los apropian y los hacen parte de su día a día.
Ubicado en la calle Chiapas 186
Colonia Roma Norte