Noviembre 5, 2023

Contramar

El día de hoy, nos invitó a comer un gran amigo a un restaurante que me sorprendió en muchos sentidos: Contramar, ubicado en la Roma a unos pasos de la Cibeles. La cita, entre 1:30 y 2:00 pm. No teníamos nada que hacer y llegamos a las 12:30, impresionante que a esa hora estaba a full e incluso había lista de espera, la segunda situación que nos impresionó fue la cantidad de comensales extranjeros que entraban al lugar, vaya que el tema de la gentrificación es una realidad; vimos estadounidenses e incluso hindúes.

Nos sentamos al paso de media hora y, mientras ordenábamos, me dio mucho orgullo y satisfacción el ver los gestos de los extranjeros cuando se llevaban el platillo a la boca, sus reacciones eran de asombro, tal como lo hacen los bebés cuando prueban algo nuevo.

Ordenamos unas quesadillas con queso y epazote para comenzar, la tortilla de maíz nixtamalizado, de excelente textura y gran sabor, que sumado al queso y el epazote me hizo comprender las reacciones de los extranjeros.

Seguros de que lo que vendría sería buenísimo, ordenamos unas tetelas de quelites, el comentario del mesero fue que tardarían más de 30 minutos, tiempo que les tomaba para que salieran en su punto. Cuando llegaron, la sorpresa fue mayúscula… una masa de maíz nixtamalizado, de muy buen grosor y perfectamente cocinadas, que producían una buena textura al morder, pero sobre todo… sabor.

Un restaurante que cuida este detalle y sirve este tipo de masa, tiene todos mis respetos, muestra eminente del cuidado y dedicación en la preparación de todos sus platillos, aún y cuando estuviese abarrotado, pocos restaurantes en México lo hacen por el costo y el tiempo que implica.

Continuamos con una tostada de esmedregal al pastor, buenísimo… mismo efecto que los platillos anteriores, la tortilla de maíz nixtamalizado, fue el principal actor.

Seguimos con una orden de pescado a la talla, uno de los platos insignia del restaurante, condimentado con chile rojo y perejil, simplemente delicioso…

Y para terminar, ordenamos tres de sus postres: el Merengue con fresas, la tartaleta de higos y la de plátano, muy buenas sin duda, pero no me cautivaron como el merengue de fresa.

El Merengue con fresas, el mejor para mí, por su gran personalidad, juego de texturas y sabores.

Sin duda un gran restaurante, en toda la extensión de lo que implica la palabra, no uno más de los muchos, cuyo negocio es la fiesta y bar, pero aún así, insisten en llamarlo restaurante, si visitas la CDMX, este espacio es parada obligada.

Por: José María Alva GBV

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