Este singular producto inventado por el exbanquero Edmund McIlhenny en la época en que Benito Juárez estaba en la silla grande, es la tabla de salvación para muchos amantes del picante alrededor del planeta, ya que su red de distribución la ha llevado a más de 160 paÃses. También podrÃa decirse que ha estado fuera de este mundo, pues ha formado parte de la despensa tanto de trasbordadores, como en la Estación Espacial internacional.
Su proceso de elaboración es realmente sencillo y se supone que ha permanecido sin cambios desde su origen, cuando McIlhenny la envasaba en frasquitos vacÃos de agua de Colonia para compartirla con sus amigos y familiares.
Los chiles (capsicum frutescens, o Tabasco para algunos) son cosechados en un punto de maduración muy especÃfico, por el color rojo encendido de la fruta, y se muelen con sal el mismo dÃa en que son piscados (mayormente sal extraÃda de la mina en Avery Island, misma locación donde está la fábrica de la salsa). A partir de ahà comienza un proceso de aÑejamiento en barricas de roble blanco americano que una vez contuvieron whiskey (bourbon), y se mandan a la bodega, a pasar un descanso de 3 aÑos. Ahà ocurre la magia de la maceración, y toman esas notas de madera tan caracterÃsticas de esta salsa. La pasta resultante se filtra y se aÑade vinagre blanco; tras un breve reposo de un mes (en comparación), la salsa está lista para ser embotellada.
Por su caracterÃstico sabor ha ganado un lugar en mesas alrededor del mundo, e inclusive es indispensable en coctelerÃa/mixologÃa.
México es un paÃs que tiene uno de sus más sólidos fundamentos gastronómicos en el chile, existe una muy amplia variedad de salsas picantes embotelladas (por no mencionar las caseras, pues resultarÃa infinito el listado, y desleal la comparación), por lo cual la noción de una salsa picante proveniente del extranjero invadiendo nuestras mesas pudiera resultar chocante. Sin embargo, podemos decir a favor de la del otrora frasco de loción, que de la cocina estadounidense con raÃces, la sureÑa es sin dudas la más rica, la más intensa, por lo cuál no sorprende que sea ésta el punto de origen del mencionado aliÑo; que este producto nada tiene que ver con fastfood, pues se cuida la cosecha del producto con cuidado, se procura la frescura, no contiene conservadores ni estabilizantes, y bueno, no hablemos del proceso de aÑejamiento que per se es todo lo opuesto a lo fast, con todo y la obligación de la barrica usada en el destilado.
Finalmente, cuando hablamos de conocer los alimentos, tratamos de entender las especificidades de cada producto, las cualidades que lo hacen único y particular. La salsa Tabasco, a pesar de ser un producto industrializado, tiene caracterÃsticas que la ponen en una catagorÃa aparte, y dificilmente se puede sustituir ese gusto de madera y picante, en digamos hamburguesa al carbón, algún dip aderezado, conchas frescas, o claro, bloodymarys, o una popular michelada.
Ni mejor, ni peor. Diferente, y un must en la alacena.
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Vïa: Gourmetepec
Author; Ãlvaro José Gómez