El origen del pan de muerto es incierto y está rodeado de mitos, leyendas e historias. Antes de la llegada de los españoles, en nuestro territorio existían diversas celebraciones a la muerte desde diferentes ángulos tales como la de la diosa Cihuapipiltin, dedicada a las mujeres que morían del primer parto, la ofrenda de Huitzilopochtli o las tres celebraciones que se tenía alrededor del año con respecto a las muerte.
Lo que es un hecho, es que lo que celebramos actualmente, es muy diferente a lo que hacían en Mesoamérica en sus diferentes periodos o en el virreinato de la Nueva España. Lo que actualmente existe es una mezcla de costumbres prehispánicas, católicas y europeas en las que tenemos una de las fiestas más originales, coloridas y únicas del planeta. El pan de muerto, que es el protagonista de estas líneas, es uno de los elementos más esperados de esta temporada.
Se dice que antes de la llegada de los españoles existían figuras como mariposas o rayos (xonicuille) hechos a base de amaranto y «pan ázimo», que era un pan de maíz seco y tostado. Sahagún lo describe así por no llevar cal. A este pan se le llamaba yotlaxcalli, otros ofrecían unos tamales (xucuientlamatzoalli) y maíz tostado llamado Izquitil.
También existía el «huitlatamalli» que era una especie de tamal. En la época prehispánica se hacía la «papalotlaxcalli» o pan de mariposa que era exclusivo de esta ceremonia. Al parecer era como una tortilla a la cual se le imprimía, a la masa aún cruda, un sello en forma de mariposa y una vez cocida, se pintaba coloridamente.
Se dice que el pan de muerto que conocemos actualmente, está relacionado con los sacrificios y que con la llegada de los españoles se adaptaron hasta llegar a lo que conocemos hoy. Con la técnica de panificación europea y el trigo, se fueron haciendo adaptaciones, comenzaron a representar los corazones con pan, al que pintaban de rojo para simbolizar la sangre y más tarde le agregaron azúcar.
Este delicioso manjar, esconde varios significados: su forma redonda, representa el ciclo de la vida y la muerte, las cuatro canillas hacen alusión a los huesos del cuerpo humano y la bolita que lo corona simboliza el cráneo. El agua de azahar trae a la mente el recuerdo de los difuntos.
México se distingue por su variedad y el pan de muerto no es la excepción. Podemos encontrarlo pintados de rojo, ovalados, de chocolate, las puras huesitos, grandes como pastel, barnizados con ajonjolí y rellenos de Nutella, zarzamora, nata etc. Así que corran por un delicioso pan del estilo que más les guste, acompáñenlo con un rico chocolate y disfruten de nuestro mestizaje y nuestras tradiciones.