Redacción: Agencia KOBÁ
26 de Noviembre del 2025.
Hace más de dos décadas, Gastón Riveira decidió cambiar el rumbo que muchos esperaban para él. Dejó atrás una posible carrera como abogado para seguir una pasión más poderosa: la cocina. Con esa convicción, comenzó un camino que lo llevaría a redefinir la manera de vivir la parrilla argentina.
Formado en la Escuela de Cocina de Alicia Berger y en instituciones de alta gastronomía como Lenôtre (Francia), complementó su conocimiento trabajando en cocinas de Italia, Londres, Brasil y San Pablo. Esta experiencia internacional le permitió crear un concepto propio que equilibrara técnica, sabor y hospitalidad.
En 2002, en medio de una crisis económica, abrió las puertas de La Cabrera en el barrio de Palermo, Buenos Aires. Más que una parrilla, creó una Casa de Carnes donde la carne argentina es protagonista, acompañada por una cuidada presentación de guarniciones y postres, un ambiente cálido y un servicio que pone a las personas en el centro de la experiencia.
Hoy, La Cabrera cuenta con más de 20 sedes alrededor del mundo, en ciudades como Ciudad de México, Madrid, Lima, Miami, Manila y Santiago, siempre fiel al estilo original que nace en Buenos Aires.
Hace poco, La Cabrera estrenó nueva ubicación sobre la emblemática Avenida Álvaro Obregón, en el corazón de la colonia Roma, uno de los barrios más vibrantes y con mayor tradición cultural de la Ciudad de México. Un entorno perfecto para vivir una experiencia gastronómica argentina, rodeado de historia, arte y sabor.
Esta semana tuvimos el gusto de visitarlos en esta nueva sucursal.
Desde que llegamos no tuvimos que esperar ni un minuto para que nos atendieran y nos dieran la mesa que habíamos reservado.
Nos recibieron con un cóctel llamado Rojo amanecer, el cual tenía jugo de naranja, jarabe, tequila y vino tinto. Muy bien logrado, ya que la integración de los elementos no opacaba a ninguno de estos y cada uno se lucía. Muy fresco para relajarse del tráfico de la ciudad.
No tardaron en traernos diferentes tipos de pan, un baguette, una rica cremona con una técnica muy bien ejecutada.
Después de disfrutar de esta bienvenida, nos llevaron la entrada. Morcilla y una provoleta. La morcilla fue presentada en una chapa y una tabla con un par de salsas, un chimichurri y una salsa criolla. Muy interesante que esta última salsa venía molida. La provoleta llegó en su punto y el mesero supo servir por partes para que no perdiera temperatura y se disfrutara en su mejor punto. También nos trajeron una salsa verde y una salsa de chile morita muy rica.
Pudimos disfrutar la combinación de ambas cosas muy bien combinadas, sabores ahumados y especiados destacaron en este primer tiempo.
Como segundo tiempo, nos deleitaron con una mollejas, muy típicas de la cocina argentina. Estas venían en su punto, crocantes por fuera y el interior con esa suavidad que las caracterizan. Al presentarlas, nuestro mesero les puso un toque de limón amarillo que les dio mucho equilibrio.
Las guarniciones que nos dieron para acompañar este platillo, merecen mención aparte por su creatividad y sabor.
Cada una destacó por algún elemento, la frescura, la originalidad, la suavidad. Muy ricas, muy bien hechas y un gran complemento para este platillo.
Después de esto llegó la joya de la corona. Un Rib Eye de 600 gr. con un punto y sabor espectacular. Llegó presentado igual en una chapa con 3 acompañamientos, uno de perejil, otro de maíces y una mayonesa. También en una charola aparte venían palmitos, jitomate, aguacate, que siempre son buenos compañeros para una carne.
Es interesante platicarles que la carne que maneja La Cabrera, es de diferentes razas como Hereford, Aberdeen angus, Brangus y Wagyu.
Mientras disfrutabamos de este delicioso platillo, nos llegaron unas guarniciones muy originales
Nos sorprendió la diversidad de sabores y de combinaciones que se podía hacer con la carne, la coliflor con su acidez, al igual de los pepinillos, el dulzor y textura de la pera y el puré de camote, la versatilidad y originalidad de los sabores fue una gran experiencia.
Toda la comida, estuvo acompañada con agua gasificada de la casa, con una rodaja de limón que ayudó a refrescar y limpiar el paladar. También probamos un muy rico coctel sin alcohol de lichi.
Para cerrar la comida, nos consintieron con un Flan con el típico dulce de leche y una teja de caramelo. Muy buena técnica ya que la textura del flan era de lo mejor y un dulce de leche de una muy buena calidad, ya que nunca ganó el dulzor e hizo una muy buena sinergia este delicioso postre.
Una gran experiencia la nueva sucursal de La Cabrera en la Colonia Roma. El servicio impecable, tanto nuestro mesero como sus compañeros y el gerente siempre estuvieron atentos.
Muchas felicidades al chef y a todo el equipo tanto de cocina como de servicio por hacer de La Cabrera una gran experiencia.
Av. Álvaro Obregón 21-int 1, Roma Nte., Cuauhtémoc, 06700 Ciudad de México, CDMX, México