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Licor de Xtabentún: Yumbab

Nacido en el corazón de la cultura Maya, Yumbab es un licor que captura la esencia de esta tierra mágica llena de historias y mezcla de leyendas y tradiciones… De color bronce y delicioso sabor dulce, el licor de Xtabentún se obtiene del destilado de la caña de azúcar.

Posteriormente se mezcla con miel orgánica certificada, y un extracto de anís y agua purificada, que le aporta su característico sabor y aroma al Yumbab; aunque su sabor predominante es la miel de abejas, las cuales se alimentan de la flor de Xtabentún, flor blanca y de fragancia única de la que toma su nombre este licor.

La producción de la miel orgánica se lleva a cabo en el municipio de Oxkutzcab, en donde todos los involucrados son del poblado, al día de hoy, son muchas las familias que viven y dependen de la producción de esta miel, pues en Yumbab, tienen la política de precio justo, la cual implica pagar el valor correcto del mercado además de que al ser una miel certificada orgánica, cumple con todos los requisitos que hacen que sea amigable con el entorno y todo el proceso de producción, por ejemplo, tratando las plagas de manera natural con vapores de ácido fórmico, un constituyente natural de los insectos, o con aceites esenciales, que evita residuos químicos y/o tóxicos. Se mide la distancia del colmenar para que sólo pueda obtener néctar de flores sin ningún residuo, esto es de más de 3 km a la redonda sin agentes de contaminación y su producción excluye la alimentación artificial con azúcar no orgánico y la utilización de medicamentos de síntesis química, por lo que se alimenta en caso de ser necesario, sólo con miel de la próxima producción y la cera utilizada es de autoproducción. Esto garantiza que las colmenas se encuentren alejadas de cultivos convencionales o cualquier posible fuente de contaminación y factores que puedan afectar la calidad y pureza de la miel, dando resultado al Yumbab, que al alinearse a la receta tradicional obtiene un sabor único y auténtico en comparación a otras bebidas similares que utilizan jarabe de miel o fructosa en vez de miel de abeja.

Durante su elaboración, se mezclan todos los ingredientes con un proceso de agitación de aproximadamente tres horas, seguido se realiza la filtración, que dura alrededor de cuatro horas con el fin de eliminar el sedimento de la miel y dejarlo un poco más liquido, una vez terminados estos dos procesos todo el líquido pasa al área de envasado que es previamente sanitizada y donde innovaron en imagen, creando una imagen más moderna, comercial pero respetando los patrones tradicionales mayas.

Una vez envasado se etiquetan y se les coloca el lote de producción y consumo preferente, finalmente se empacan en cajas de cartón y el producto es revisado y liberado por el área de calidad para que pueda pasar al almacén y de ahí a nosotros para degustarlo y envolvernos de su magia.

El licor de Xtabentún Yumbab, surge de la fusión de palabras mayas, al que sus creadores dieron el significado de “el arte de las abejas”. El Xtabentún, se usa desde la antigüedad para ceremonias y festivales mayas como el Hanal Pixan; pero la bebida principal de las ceremonias es el Balché. Actualmente el licor de Xtabentún se comparte en familia los fines de semana, aunque también se le considera una bebida afrodisiaca y puede que la razón para ambos usos sea la leyenda de Xtabay, que habla del origen de la flor de Xtabentún…

Xtabay, era el nombre maya de una mujer mitológica… existen diferentes versiones de la leyenda, en algunas se trata de una princesa, en otras de una prostituta, pero en todas ellas es una mujer hermosa y de gran corazón que no puede evitar ceder una y otra vez a sus deseos carnales, por lo que termina despreciada por la gente de su pueblo. En todas ellas hay una mujer en discordia, a veces una hermana, en otras una mujer que aparenta virtuosismo, aunque tiene un corazón podrido y, en una más, una hechicera quien por celos es la culpable de la sed insaciable de Xtabay por el sexo…

Después de leer varias de ellas, me tomé el atrevimiento de hacer un compendio y algunas licencias para este relato, porque lo que es un hecho es que, en algún momento de la historia, Xtabay pasó de ser una mujer sin miedo, en donde ser uno mismo es un acto de coraje, de valentía casi salvaje… a la diosa del suicidio, de la horca, de la muerte… Se le relacionaba con la vida futura en el paraíso y los suicidas por ahorcamiento recibían su protección. Xtabay estaba presente en las ceremonias mayas, pero con la llegada del cristianismo, de diosa se convirtió en un espíritu malo, en un demonio que seducía a los hombres para llevarlos a la perdición y que castigaba el suicidio en el infierno y que me recuerda tanto a Lilith, tan escondida y repudiada que hasta la desaparecieron de la Biblia. La leyenda de Xtabay, la engañadora, se utiliza hasta la fecha para atemorizar a los hombres y hacer que estos cambien sus malas acciones, pero después de conocerla creo que merece una reivindicación.

Pues bien… cuenta la leyenda que existió una indígena de esbelta figura, hermosos ojos negros y soñadores, capaces de hechizar a quién los mirara, y poseedora de una boca que endulzaba la brisa con las mieles de su sonrisa. Xtabay, en las tardes luminosas y perfumadas, se sentaba a la puerta de su casa, desataba la mata de sus negros cabellos, los alisaba para aumentar su brillo y los dejaba caer sobre su espalda. Aquí hago un paréntesis para contarles que la cultura maya, le da importancia a mantener el cabello largo y saludable, y el de Xtabay, representaba el ideal de belleza, pero el clima húmedo y el largo día de trabajo dificultaban esta tarea, por lo que la mujer trabajadora lo llevaba recogido y el de Xtabay contrastaba con el peinado típico de las mujeres mayas, lo cual seguramente causaba muchas envidias.

Después de peinarlo, Xtabay emprendía un paseo por las ondulantes calles de la población, donde los jóvenes suspiraban palpitantes de emoción y la seguían con la mirada ardiendo de amor. Ella sonreía y pasaba majestuosa e indiferente consumiendo de amor los corazones de los jóvenes…

…y generando la envidia de Utz-Colel (el nombre ha sido tomado de uno de los relatos) una mujer hechicera, quien viendo que su amado pasaba todas las tardes parado, cual estatua viviente, junto al tronco de una ceiba, con la única intención de ver pasar a la joven de carne tibia y piel color canela, decidió desprestigiarla.

Utz-Colel le dio a beber de una poción que le provocó a Xtabay, una insaciable pasión carnal. Aquí, hago otro paréntesis para contarles que los mayas alientan a las mujeres a abstenerse de tener relaciones sexuales hasta el matrimonio, así que Xtabay fue humillada por su pueblo. A pesar de sus deslices, era de buen corazón, le gustaba ayudar a los pobres y a los animales; incluso realizaba generosas donaciones con los regalos que le obsequiaban sus amantes. En cambio, Utz-Colel, era virtuosa y nunca había cometido pecado amoroso alguno, pero detestaba a los animales y a los pobres, tenía un corazón duro y frío.

Y de pronto, se esparció por el pueblo un perfume delicado y exquisito que los condujo a Xtabay, a la que hallaron muerta.. Utz-Colel aseguró que aquel olor perfumado debía ser obra de los espíritus malignos, quienes intentaban engañar y provocar a los hombres. Así mismo, afirmó que, cuando ella muriese, esparciría un agradable perfume debido a sus virtudes practicadas en vida. Después de enterrar a Xtabay, su tumba comenzó a impregnar un olor agradable y nació una hermosa flor a la que llamaron Xtabentún, tan humilde y bella, como silvestre… Poco después murió Utz-Colel, pero para asombro de todos, comenzó a escapar de la tierra, un hedor insoportable, del que nació un cactus erizado de espinas y olor nauseabundo, intocable, y una hermosa flor como era el carácter y la falsa virtud de la Utz-Colel.

Pero con la llegada de los conquistadores y la religión, al recuerdo de Xtabay, que se veneraba y adoraba como diosa de la muerte, se le dio una connotación diferente y la convirtieron en demonio, pues se le comenzó a agregar a la leyenda, además de destacar que en vida había sido prostituta, que durante las noches en que la luna invade los campos del Mayab, se ve a una bella mujer vestida de blanco, de larga cabellera y cubierto el cuerpo de largos velos que se esconde entre las ceibas, esperando el paso de algún hombre, a quien seduce con sus promesas amorosas; y si este, por su inexperiencia, se deja engañar, no regresa más a su morada pues “ella estará viva, pero será aire, será amada, pero jamás sentirá el calor del amor, porque será viento…” Y así fue castigada y llamada la heredera de la lujuria y se le considero un espíritu maligno que habita en las ceibas, árbol sagrado de los mayas, pues se creía que, si el corazón de una persona era virtuoso, podría convertirse en un árbol de ceiba después de la muerte, conectando los cielos y el inframundo.

El tema de la muerte es continuo en todas las diferentes versiones del mito de Xtabay, y desde entonces se recurre a ella para causar miedo, al grado que se le compara con otra famosa leyenda… “La llorona”, pero a mí, que me gusta escribir novelas, me gusta más la idea de que no se trataba de Xtabay…

… sino que, ese espíritu malvado es el de Utz-Colel, que aún después de la muerte sigue queriendo hacer daño a Xtabay, la hermosa mujer de gran corazón a la que le gustaba tomar de la vida lo que le gustaba y conectaba con sus instintos para vivir y reír realmente, porque sabe que el tiempo no se detiene, conectando hasta el último día de su vida con su dulzura, disfrutando de su espíritu, salvajemente dulce, que dio vida a la flor Xtabentún, de la que se alimentan las abejas que producen la miel, también se encuentra en cada sorbo de Yumbab, este elixir color bronce, que en el momento que toca nuestros labios deja que nuestros sentidos florezcan. Un licor salvajemente dulce, y tan versátil, que nos ofrece opciones ilimitadas de cócteles que van desde los clásicos hasta creaciones innovadoras…

Actualmente se toma como digestivo en las rocas, con jugo de naranja, tés cítricos, con café y se está utilizando mucho en mixología en restaurantes y bares para darle el toque dulce a los cocktails.

Puede ser el licor protagonista del cóctel o puede jugar muy bien con licores blancos como gin, tequila blanco y mezcal; donde Yumbab agrega las notas dulces y unos cuantos grados de alcohol, pues solo tiene un 19.5% de alcohol, lo que lo hace un licor suave. Al ser un digestivo; puede acompañarse de un postre de preferencia con notas amargas para equilibrar.

Por: Mónica Guzmán

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