Tendencias • 19 Febrero 2012 – 2:15pm — Notimex
Dicha ruta fue establecida por los primeros misioneros que trajeron al paÃs las cepas de Europa; luego se fue alejando de las lides comerciales y de la mercadotecnia debido a la prosperidad del otro valle, el de Guadalupe.
La antigua ruta del vino se fue alejando de las lides comerciales y de la mercadotecnia debido a la prosperidad del otro valle, el de Guadalupe, que cuenta con una moderna carretera, transitados accesos y otros atractivos turÃsticos.
Tijuana • Casi olvidada por un tiempo, la antigua ruta del vino, en Ensenada, pretende ser rescatada por los nuevos industriales de la vitivinicultura, herederos de quienes poblaron de viÑedos esta zona de vocación mediterránea.
Fueron los antiguos misioneros quienes marcaron su ruta para catequizar a los escasos pobladores de este lado del continente, y que seÑalizaron con las primeras misiones el territorio que con el tiempo se convertirÃa en un próspero valle de viÑedos.
Los misioneros no eran sólo espaÑoles; los habÃa también alemanes, italianos, croatas y otros, primero de la orden de los jesuitas y luego dominicos y franciscanos, quienes trajeron las primeras cepas cuyos sarmientos luego prenderÃan aquÃ.
El historiador de la región, Porfirio León Amador, cuenta que la ruta del vino fue establecida por los primeros misioneros que trajeron las cepas de Europa, de las cuales algunas variedades prosperaron; primero a Loreto y luego a San Javier, en ese valle.
“Los religiosos no podÃan estar sin vino para celebrar sus misas, por lo que trajeron consigo las cepas de donde brotaron los sarmientos y posteriormente los frutos de la vid, para elaborar sus propios vinosâ€, anotó.
De ahÃ, fueron fundadas luego otras misiones como San Ignacio, Santa Gertrudis, San Borja, la misión de Santo Domingo, San Vicente, Santo Tomás y otras que constituyeron sus propios viÑedos para la elaboración de sus vinos.
El cronista relató que los custodios que resguardaban las misiones se establecieron en este valle, en tanto los misioneros prosiguieron su ruta en pos de su tarea evangelizadora hasta la alta California.
Los soldados comenzaron a establecerse y a entrelazarse las familias de la región, para producir la descendencia que formarÃa ranchos como Las Animas, San Salvador, Santa Clara, entre otros, origen de los apellidos que subsisten a la fecha en este valle.
“El primer vino que con el tiempo se comercializó fue el Santo Tomás, por aquà pasaban los caballos, y a este valle se le denominó La Grulla, pero cuando se acabó el trabajo, se formó el ejido Uruapan con muy poca gente, que subsiste hasta ahoraâ€, dijo.
Luego, los residentes comenzaron a unirse y a formar sus cavas para la producción de vinos en pequeÑa escala, luego de que primero elaboraran la bebida para el consumo de cada uno; después, fueron surgiendo otras variedades.
Sin embargo, con el tiempo prósperas casas vitivinÃcolas se asentaron en el Valle de Guadalupe, al otro costado del municipio de Ensenada, quienes explotaron con éxito sus propios viÑedos, lo que subsiste hasta la fecha.
La antigua ruta del vino se fue alejando de las lides comerciales y de la mercadotecnia debido a la prosperidad del otro valle, el de Guadalupe, que cuenta con una moderna carretera, transitados accesos y otros atractivos turÃsticos.
Pero ahora, asegura el historiador, los descendientes de aquellas primeras familias tratan de revivir el antiguo valle de la Grulla y por lo pronto se han agrupado en esa región del sur de Ensenada, donde incluso se ha formado una cooperativa.
Poco a poco van llenando sus cavas y ya comienzan a industrializar sus vinos a regular escala para ser comercializados en los principales centros gastronómicos y para su exportación a otras ciudades.
“Pretendemos que de nueva cuenta se enriquezca este lugar con visitantes, que la gente venga y conozca nuestros vinos, nuestro valle, volvemos a aprovechar este clima mediterráneo para el establecimiento de nuestros viÑedosâ€, agregó.
León Amador consideró que la prosperidad entre estos valles de Ensenada no dejarán cabida para el celo, sino al contrario, “aquà estamos trabajando todos para todos, para lograr mantener el prestigio de esta gran región vitivinÃcolaâ€.
VÃa: Milenio