Por: Yuliana Ballesteros. @chinousb

Ruth Reich es, una afamada chef y periodista gastronómica Estadounidense; un ícono de la industria con más de 43 años de carrera y una lista kilométrica de libros, premios y logros. Ruth, de sonrisa y mirada cálida ; tiene una personalidad imponente, es imposible no darse cuenta cuando entra algún salón/cuarto.

 Aquí la entrevista:

¿Qué lecciones de vida te han acompañado desde pequeña?
Bueno… mi madre era la peor cocinera del mundo. De hecho, la primer historia que cuento en mi primer libro (Tender at the Bone, Growing up at the table), trata de como ella hizo una fiesta para celebrar el compromiso de mi hermano con la que ahora es su esposa, y terminó mandando a 26 de ellos al hospital. De las primeras lecciones que aprendí desde pequeña fue a probar todo, a probar todo con sumo cuidado. Recuerdo haberla visto revisando el contenido de nuestro refrigerador y raspando ‘algo azul’ de la superficie de alguno de los alimentos, y diciéndome que “un poco de moho no le haría daño a nadie”; yo tenía 2 años, así que desde muy pequeña empecé a poner todo en mi boca y a probarlo para asegurarme que no me fuera a matar. Siento que de muchas maneras, mi madre fue quien me entrenó para ser crítica de restaurantes, y alguien que entiende de comida.

¿Cuál es tu primer referente en una cocina?
Yo soy completamente orientada hacia mi sentido del olfato, es mi primer referente prácticamente en cualquier lugar. Creo que mi primer recuerdo en la cocina, tendría que ser el olor de un roast beef cocinándose en el horno. Recuerdo como el olor salía de la cocina de mi madre, y pensé “bueno, esto no me va a matar, ¡esto va a ser delicioso!”

¿Cómo es que la comida se convierte en tu foco principal?
En realidad por mi madre, volvemos de nuevo a ella. De hecho, la portada de mi primer libro es una foto mía a los 7 años en donde estoy cocinando; y puedes notar que no lo estoy haciendo como un juego. Saqué a mi madre de la cocina tan pronto como pude y empecé a cocinar para toda mi familia; y la cosa es que cuando eres un niño aprendiendo a cocinar van a suceder dos cosas:

1. Todo mundo piensa que es adorable, entonces no importa lo que cocines, te van a decir que está delicioso; entonces te dan la confianza y los ánimos para cocinar más y más; y entonces mejoras y eventualmente te conviertes en un buen cocinero. Y

2. A esa edad eres tan atrevido, que no se te ocurre que algo que cocines no vaya a funcionar.
La realidad es que aunque me convertí en cocinera a muy temprana edad, también tuve la fortuna de tener una familia que viajaba mucho, entonces pude viajar a Europa, vine a México cuando tenía 8 años; y comíamos mucha comida a la cual el promedio de niños ‘Americanos’ no estaban acostumbrados; y aunque mi madre era una terrible cocinera, definitivamente era intelectualmente curiosa acerca del tema. Cuando era momento de ir a la tienda o caminar por el barrio, y veía algún platillo o ingrediente que no conociera, lo llevábamos de vuelta a casa. Probé demasiado. Era muy temeraria. La comida siempre ha sido muy interesante para mi. La comida se volvió mi forma de hacerme camino por el mundo; y definitivamente me conecto con la gente a travéz de la comida. Siempre quiero estar alimentando a mis seres queridos, antendiéndolos. Cuando estoy viajando, el primer lugar que quiero visitar es el mercado, hablar con los locatarios, y preguntarles todo cuanto pueda. Siempre he sentido que hay una generosidad innata en la gente que gusta de la comida y de cocinar; y que no encuentras en otra gente. Creo que no puedes ser un buen cocinero, si tienes ‘alma mezquina’.

¿Ingrediente o ingredientes favoritos?
***pausa larga***
Probablemente si no pudiera tener nada más en mi cocina, tendrían que ser: huevo, limones, fondo de pollo, queso parmesano y mantequilla.

¿Libro favorito? ¿Uno que todos debiéramos leer al menos una vez en la vida?
¡Hay tantos!… tendría que ser The Gastronomical Me de MFK Fishers. Fue muy importante para mi, y creo que la autora tiene muchas cosas buenas que decir acerca de como uno debiera enfocarse más en sus sentidos. Creo que para ella, la comida también fue su forma de hacerse paso en el mudo, era una maravillosa escritora.

Hablando un poco de lo que sucedió en Mesa Redonda, ¿Cómo dirías que se puede dar un cambio alimentario real y positivo?
Lo que yo me llevo de ese día, es que la educación y la comunicación son las cosas más importantes que están sucendiento hoy en día, y que todavía tenemos mucho por aprender. Por ejemplo, Nicola (Twilley) estaba hablando de muchas cosas que yo no sabía, y de pronto te das cuenta que hay cosas de las cuales nunca vamos a dejar de aprender. En muchas formas, la comunicaión termina siendo algo sumamente importante. Mientras más sabes de un tema, más te involucras, más te importa. Tenemos que hacer que la información llegue a la gente.

¿Qué te llevas de mesa redonda?
Encontré todo muy inspirador, y la verdad es que no estaba anticipando que lo fuera. Habiendo estado en muchos foros y congresos gastronómicos, donde generalmente es puro “blah, blah, blah”, o alguien que nada más toma el micrófono y dice lo primero que le viene a la mente; o dicen cosas que ya he escuchado antes. ¿Pero esto? Esto fue sobresaliente. Todos y cada uno de los panelistas dijeron algo que me sorprendió por completo. Fue maravilloso ver las perspectivas tan distintas que cada quien aportó, y lo fresca que era la información.

¿Y de México?
Yo ya había estado en México, pero vine cuando tenía 8 años, ¡como ha cambiado la ciudad!. Lo que me llevo, es que tengo que regresar pronto. Que ciudad tan vibrante y cosmopólita, y la escena gastronómica es fantástica. Hay tanto por explorar, que me frustra saber que sólo estoy aquí por unos días.

(esta entrevista ha sido traducida, editada y condensada)

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