Rodando por México

Martes 15 Marzo 2022

 

Nuestro día inició a las 8:30 am ya que a las 9.00 am iría a desayunar con nosotros en el restaurante del Hotel Colonial un gran amigo, prácticamente otro hermano para mí Lorenzo Arroyo, su mamá es muy amiga de la mía y prácticamente nacimos juntos con tan solo 2 días de diferencia, fuimos a la misma escuela, mismo salón, hacíamos las tareas juntos hasta que me fui a vivir a la CDMX a la edad de 8 años, pues bien bajamos al restaurante ordenamos un café y llegó Lorenzo, así que ya se imaginarán la pláticas, el desayuno súper ligero un yogurt y orden de papaya fue suficiente para mí, la Chaparrita ordenó unos hot cakes y Lorenzo unos huevos con jamón, absurdo teniendo enfrente tantas opciones tan ricas pero el estómago ya no nos daba para más.

 

Pasó el tiempo y llegó la hora de despedirnos, ordenamos la cuenta y wow la sorpresa $260.00 pesos el desayuno de los 3, increíbles los precios tan económicos de Tulancingo, este ejemplo y muchos otros más que hemos observado en nuestro viaje, nos hace ver lo absurdo y fuera de lugar de los precios de Cancún, son una grosería ya podremos platicar de este tema más adelante. Pues bien, de nuevo el ritual de preparar las maletas, equiparnos, subir todo a la moto y tomar camino, a eso de las 11:30 am estábamos listos para salir, destino Guanajuato, Guanajuato, distancia 400 km.

 

Pues bien antes de salir de la ciudad decidí pasar por la avenida Calzada para recorrer el Estadio de Fútbol e ir a ver la placa que se encuentra en una de las calles del costado del estadio qué lleva el nombre de mi abuelo René Lefaure Dubernard, gran promotor del deporte como bien lo menciona la placa, uno de los integrantes qué formaron equipos como el Necaxa, Cruz Azul, su sueño haber llevado a Tulancingo a la primera, en fin, de él tendremos oportunidad de escribir en un futuro próximo, recorrí también aunque no pude entrar, porque tenía una reja electrónica la privada, donde viví por unos años, grandes y enormes recuerdos se venían a la mente, el cómo jugábamos quienes vivíamos ahí, más de 10 niños y niñas más o menos de las edades, como bote pateado, quemados, escondidas, hacíamos también fogatas y algunas noches de cine donde se proyectaban caricaturas en fin, gracias a Dios tuvimos la fortuna de disfrutar nuestra niñez.

 

Por último pasamos por la pequeña estación de tren qué es un museo y con toda esa nostalgia tomamos por fin carretera, nos dirigimos a la desviación del Arco Norte rumbo a Querétaro y todo bien, hasta que comenzaron las rachas de viento, no tan fuertes como las que tuvimos con el Norte de Villahermosa a Veracruz, pero si causaban algo de lata, en un punto había mucho tráfico y muchos tráileres, prácticamente detenidos, nos metimos por el acotamiento y la causa era qué a un tráiler el viento le voló una parte de su carga qué parecían placas de plástico y que se encontraban por toda la carretera, sin más llegamos al entronque con la autopista a Querétaro, tomamos el libramiento a Celaya e Irapuato, el cual está sensacional te ahorra muchísimos kilómetros, continuamos por este pero ya con poca gasolina así que nos urgía encontrar una.

 

 

Gracias a Dios a los 100 km del entronque llegamos a una gasolinera que estaban apenas terminado por lo que solo cargamos gasolina y nos paramos a estirar las piernas, habíamos recorrido ya unos 270 km sin bajarnos de la moto, retomamos la ruta y a escasos 30 km paramos en un Starbucks a tomar algo y sobre todo a hacer la reservación de hotel, el problema es que los hoteles en Guanajuato no cuentan con estacionamiento propio y es un show guardar el coche o moto, hace 12 años en el recorrido que hice en moto, llegué al hotel San Diego justo enfrente del parque principal así que llamé y afortunadamente solo tenían una habitación para el día de hoy que era con vista al jardín, pero al otro día tendríamos que cambiarnos a otra habitación pero interna ya que estaba al tope, aún así no garantice la reservación porque pensábamos encontrar otra opción donde no tuviéramos qué cambiarnos.

 

Nos subimos de nuevo a la moto y a darle, sólo nos restaban 100 km prácticamente habíamos llegado, y así fue, a los 45 minutos estábamos ya entrando a la ciudad, ahí decidí dirigirme al Hotel San Diego y no darle más vueltas al asunto, pues bien pusimos gps, del cel y moto y total chica perdida entre los túneles y callejones de la ciudad, en una de esas llegamos a una calle qué decía tránsito ligero, sin bronca la moto es ligera y bueno para adelante y en eso doblé a la izquierda y wow una calle súper angosta apenas e inclinada más bien empinada, empedrada con hoyos y a la mitad un tope con bollas sería todo un reto bajarla con lo pesado de la moto y bueno no hay opción siempre para adelante así que bajamos en primera, frenando con frenos delanteros y jugando con el clutch, con ambas piernas abajo y gracias a Dios cruzamos, los coches de atrás súper bien ya que no nos tocaron ni nada por el estilo creo se pusieron en nuestros zapatos.

 

Pues bueno a ese punto yo estaba rendido y harto en un alto preguntamos a un señor por donde, se acercó un chavo en moto de Didi y se ofreció a llevarnos, así que lo seguimos y en 5 minutos por fin estábamos a la entrada del Hotel, inmediatamente a recepción y gracias a Dios la habitación estaba libre, nos registramos, hicimos el numerito de bajar todo, llegamos a la habitación y wow en el 3er Piso con doble balcón la vista al jardín central y teatro Júarez, vaya recompensa, me metí a bañar y me adelante a bajar, me metí en uno de los restaurantes que dan al parque y me senté a esperar a la Chaparrita, ordenamos un queso fundido con chorizo por separado, una orden de guacamole y tortillas, llegó la orden y estaba enorme así que nos bastó con eso, al final y para cerrar ordené 2 Stregas para dormir como bebé, terminamos de cenar, caminamos alrededor del jardín y directo a la habitación, disfrutamos de la vista y de sus balcones dando gracias a Dios de la privilegiados qué somos y a la cama, problema la fiesta afuera parecía teníamos la fiesta dentro de la habitación, en mi caso estaba rendido y caí como piedra.

#GustoBuenVivir #GustoBuenViajar

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